En Milan Fashion Week, Prada propuso una nueva actitud: m&aacute;s instintiva, esencial y emocional. Una colecci&oacute;n masculina que baj&oacute; el volumen y elev&oacute; la sensibilidad.

Apenas termin&oacute; el desfile de su colecci&oacute;n masculina S/S2026 en la Semana de la Moda de Mil&aacute;n, la oficina de prensa de <a href="https://www.instagram.com/prada/">Prada</a> envi&oacute; el siguiente comunicado a su lista de contactos:&nbsp;
&ldquo;Un cambio de actitud &ndash; desmantelamiento del significado y del poder Directo Composiciones elementales ilimitadas Libertad sencilla Los elementos &ndash; tierra, aire, sol, naturaleza Sentido Armon&iacute;as inconformistas, nuevos movimientos Impulso El lago de los amantes, el fin de la cumbre, el &uacute;ltimo ba&ntilde;o Lugares imaginarios&rdquo;.
Preciso, elemental y, al mismo tiempo, fundamentalmente interpretativo, el enigm&aacute;tico texto sigue la l&iacute;nea de sus &uacute;ltimas presentaciones. El d&uacute;o de dise&ntilde;adores Miuccia Prada y Raf Simons se desprenden de toda obligaci&oacute;n y expectativa para construir un universo de vestuario tan sencillo como reflexivo, y no por eso menos arriesgado.&nbsp;
El show tuvo lugar en la sede de la Fondazione Prada, en un espacio apenas intervenido: treinta alfombras con forma de flor y sonidos de p&aacute;jaros como m&uacute;sica de fondo bastaron para situar el ambiente en un estado de introspecci&oacute;n.

&ldquo;Es un momento para serenarse, para reflexionar&rdquo;, declar&oacute; Prada tras bastidores. &ldquo;Quer&iacute;amos trabajar desde el instinto&rdquo;. Su socio creativo fue a&uacute;n m&aacute;s directo: &ldquo;Probablemente sea mi colecci&oacute;n m&aacute;s f&aacute;cil de hacer hasta la fecha. Todo funcionaba con todo. No quer&iacute;amos pensar tanto en nuevas formas ni en alguna propuesta arquitect&oacute;nica nueva, sino que tan solo en ropa que funcione junta, donde todo combine con todo&rdquo;.&nbsp;
Humana, ligera y colorida, la pasarela mostr&oacute; pantalones de algod&oacute;n de tonos pastel con pinzas planas, chaquetas sartoriales de hombros suaves, y conjuntos deportivos de cortes limpios que equilibraban la sofisticaci&oacute;n con una comodidad sutil. Tambi&eacute;n hubo espacio para el juego: shorts tipo bloomer y camisetas estampadas con frases como Lover&rsquo;s Lake o Last Swim evocaban un universo casi infantil, nost&aacute;lgico y on&iacute;rico.

Esta l&oacute;gica emotiva, articulada desde la temporada pasada, se tradujo en siluetas relajadas y piezas intercambiables que dialogaban con naturalidad entre s&iacute;.
En lugar de un mensaje conceptual cerrado, Prada dej&oacute; abiertas las interpretaciones. &ldquo;Es dif&iacute;cil explicar esta colecci&oacute;n, porque no tiene una &uacute;nica idea detr&aacute;s. Es m&aacute;s bien una actitud&rdquo;, dijo Miuccia. Esa actitud podr&iacute;a resumirse como un deseo de volver a lo fundamental: el cuerpo, el tacto, el paisaje, la memoria.
Si bien el despliegue escenogr&aacute;fico fue m&iacute;nimo, el efecto fue hipn&oacute;tico. El desfile termin&oacute; como empez&oacute;: con pasos suaves sobre alfombras florales y sin m&uacute;sica estridente. En un mundo sobresaturado de est&iacute;mulos, Prada elige bajar el volumen.

Un cambio de espíritu: Prada S/S 2026

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