Tiene solo 32 años y cuenta con obras en el Pompidou, el Tate, el Whitney y en la actual Bienal de Arte en Venecia, entre otras de las colecciones institucionales más prestigiosas del mundo. Aun así, nunca ha tenido taller fuera de su propia casa y acaba de realizar su primera inversión gracias al arte: un terreno en Curacautín. Entre la soledad y la colectividad, la claustrofobia y la libertad, así habita el éxito la artista Seba Calfuqueo.