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<p><span>Hay lugares que no solo marcan una época, sino que la </span><span>encarnan</span><span>. El hotel The Georgian, con su silueta Art Deco bañada en turquesa frente al Pacífico, es uno de ellos. En su </span><span>reapertura </span><span>hace dos años, tras una </span><span>restauración </span><span>exquisita, este ícono de Santa Mónica, en Los Ángeles, recuperó su brillo original y se proyecta como un </span><span>santuario </span><span>del buen vivir. </span></p>
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<p style="text-align: justify;"><span>Desde su inauguración en <strong>1933</strong>, <a href="https://www.instagram.com/thegeorgian/">The Georgian</a> ha sido testigo del glamour californiano: un refugio de leyendas como <strong>Marilyn Monroe</strong>, <strong>Clark Gable</strong> </span><span>o <strong>Charlie Chaplin</strong>, donde el cine dorado se mezclaba con la brisa marina. En 2023 volvió a abrir sus puertas de la mano de <strong>BLVD Hospitality</strong> y <strong>ESI Ventures</strong>, con una propuesta que combina historia, diseño, arte y una escena culinaria de primer nivel.</span></p>
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<p style="text-align: justify;"><span>Entrar al hotel es como atravesar una <strong>película</strong> en </span><strong><em>technicolor</em></strong><span>: su piso inspirado en el <strong>Havana Deco</strong>, las lámparas de cristal personalizadas y los arreglos florales de Jean Pascal emanan una sofisticación lúdica, nostálgica y vibrante. El diseño de interiores, a cargo de <strong>Fettle</strong>, honra el pasado sin temor al presente. Las habitaciones &ndash;84 en total, muchas con vistas de postal al muelle de Santa Mónica&ndash; combinan muebles a medida, textiles italianos, tocadiscos, cámaras Polaroid y un <em>&ldquo;press-for&rdquo;</em> bar que es puro hedonismo a la carta. </span></p>
<p style="text-align: justify;"><span>Pero The Georgian no solo se mira, también se vive. En el corazón de su propuesta gastronómica está <strong>Sirena</strong>, el restaurante de planta baja que, como su nombre sugiere, canta al mar. Su carta de inspiración <strong>ítalo-californiana </strong>celebra los sabores costeros con productos frescos locales y delicadezas traídas desde el otro lado del Atlántico. La burrata llega cada semana desde Puglia, el aceite de oliva desde Grove and Vine, y la chef pastelera <strong>Thessa Diadem</strong> &ndash;ex Here&rsquo;s Looking at You&ndash; transforma el postre en un acto poético. Desde el </span><span>brunch </span><span>hasta la cena, Sirena es un festín de sencillez refinada, servido entre la terraza Sunset y el bar en forma de herradura. </span></p>
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<p style="text-align: justify;"><span>Para los que buscan una experiencia más &lsquo;clandestina&rsquo;, <a href="https://www.instagram.com/georgianroom/"><strong>The Georgian Room </strong></a>aguarda en el subsuelo. Este </span><span><em>steakhouse</em> </span><span>italiano, reservado solo para cenas, renace tras 50 años como un club íntimo donde el tiempo parece haberse detenido. Maderas oscuras, cuero verde, alfombras con sirenas bebiendo martinis y un piano Steinway &amp; Sons de <strong>1918</strong> que cobra vida cada noche con jazz en vivo. En la carta: </span><em>tomahawk dry-aged</em><span>, pastas con carácter, caviar exclusivo y una selección de vinos que es puro coleccionismo líquido. </span></p>
<p style="text-align: justify;"><span>El hotel también da espacio al arte. <strong>Gallery 33</strong> está ubicada tras el vestíbulo y la recepción inspirada en <strong>Wes Anderson</strong> alberga exposiciones curadas y cenas con artistas. Su biblioteca, en tanto, reúne una colección tan ecléctica como elegante: Didion, Babitz, Isherwood. Todo orquestado para hacer de cada estancia una vivencia <strong>envolvente</strong>, <strong>pausada</strong>, <strong>distinta</strong>. </span></p>
<p style="text-align: justify;"><span>The Georgian no es solo un hotel; es una postal del pasado que se escribe con la pluma del presente. Un lugar donde la hospitalidad se transforma en arte, y el lujo no grita, susurra. Entre la memoria y el deseo, <strong>Santa Mónica </strong>tiene de nuevo un escenario a su altura. </span></p>
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